Señor mío, quien ha experimentado los efectos secundarios e indeseados de ciertos malestares y medicamentos, tanto en cuestiones físicas como emocionales, entenderá lo que digo cuando te doy gracias por tener ganas de vivir; sé que tu también lo entiendes, pues nadie como tú conoce mi corazón y lo que pienso y siento en cada segundo.
Te doy gracias porque me has hecho entender que tú puedes reanimar cualquier condición física y emocional, gracias al poder de tu Espíritu. El miedo ha querido hacerme creer que las medicinas, los cambios físicos, hormonales, y demás condiciones de salud, pueden más que tu Espíritu; hoy sé que no es así, y que mis acuerdos son contigo, con tu divinidad y tu poder, y no con los espíritus que quieren mantenerme cautiva.
Hoy te doy gracias porque me has ayudado a entender que cuando vivo en miedo, no te estoy creyendo a ti, pues tu has dicho que nos das y darás paz, y esa paz significa amor, prosperidad, abundancia espiritual, salud, perdón, quizá sí pruebas, pero nunca miedo o temor. Te doy gracias porque me ayudas a entender cuando estoy caminando por sendas equivocadas, y cuando estoy descansando en mis fuerzas y no en las tuyas.
Te doy gracias infinitas por tu amor, por tu misericordia, por tu gracia, por las ganas que me has dado de vivir, de compartir mensaje sobre las maravillas que tú haces en mi vida; te doy gracias por llenarme de energía, de vitalidad, de ganas de ir por más, de ayudar, de vivir y trasmitir entusiasmo con cada respiro. Te doy gracias porque cuando más débil he estado, más me has ayudado a levantarme, a darte honra y gloria a ti y sólo a ti.
Gracias Padre bendito por hacerme entender que tú eres mi Padre, un padre que me ama, me acepta, me reconoce, y me impulsa a dar frutos donde has sembrado. ¡Gracias Dios, hoy y siempre Gracias! Me regocijo y me lleno de energía y vitalidad, al darte GRACIAS ツ